Salió estupendamente, y un grupo de 15 alumnos y alumnas del Blas con edades comprendidas desde los 8 hasta los 11 años disfrutaron mucho de esta experiencia.
Germán fue un monitor extraordinario que se ganó fácilmente la atención de todos.
Comenzaron con las técnicas básicas de reanimación con muñecos, y tenían que comprobar si estaba vivo utilizando estímulos sonoros, visuales y dolorosos.
Después, tras comprobarlo, comenzaron a realizar masaje cardíaco y asistencia a la respiración. ¡Ojo! sin olvidar que lo más importante es primero llamar al 112, o indicar a alguien que haga la llamada si ya estamos practicando la reanimación.
Después, simularon un atragantamiento con otro simulador mecánico. Esta vez lo que impedía pasar el aire era un Aspito y al practicar la maniobra Heimlich (llamada compresiones abdominales), nuestro amigo pudo volver a respirar porque el snack de maíz salió despedido perfectamente.
Insistió que siempre, siempre, SIEMPRE hay que llamar primero al 112 y también después de practicar estas maniobras hay que acercar a un centro sanitario a la persona atragantada y a la que se le ha practicado estas técnicas.
Por último y con un muñeco diferente que simulaba a un bebé, repitieron la actividad. Los niños y las niñas, con la misma maniobra adaptada a bebés, lograron hacerle llorar, ganando así el agradecimiento de una mamá desesperada y el aplauso de tan magnífica audiencia.
Muchas gracias ARPA4 por este estupendo y útil taller que puede significar salvar vidas ...
LO RECOMENDAMOS AL 100% Y SI PODEMOS, REPETIREMOS.